Reseña del cómic Outcast

Del guionista y creador de The Walking dead, Robert Kirkman, nos llega Outcast. Un cómic de posesiones, ambientado en la actualidad, en una pequeña ciudad de los Estados Unidos. Ha sido adaptado a la televisión con una serie del mismo nombre producida por Fox International Studios y se acaba de estrenar el pasado mes de Junio. De hecho, ya ha sido renovada para una segunda temporada, antes incluso de estrenar la primera.

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El protagonista es Kyle Burnes, un tipo de mediana edad, con un pasado un tanto misterioso y truculento, que ha tocado fondo tras perder a su mujer y su hija en un desagradable incidente que acabó con la hospitalización de ambas. Ahora, solo, regresa a su ciudad natal, a la casa donde vivió con su madre y donde, también, sucedió algo desagradable.

Una vez aquí, Kyle se va reencontrando con personas de su pasado, como su hermana Meg o un reverendo-exorcista que requiere de su ayuda para tratar a unos parroquianos aparentemente poseídos por demonios. Poco a poco, vamos conociendo más del pasado de Kyle y le acompañamos en su búsqueda de respuestas que le ayuden a recuperar a su familia y a entender por qué , desde niño, todos sus seres queridos acaban sufriendo estas posesiones.

OutcastPaul Azaceta es el encargado del dibujo que, aunque simple y algo falto de detalles en ocasiones, cumple con su función y plasma el guión de Kirkman como si de una serie televisiva se tratara. Y es que incluye unas pequeñas viñetas insertadas entre las mayores, en la que nos muestra pequeños detalles dentro de la acción que se nos está contando, dándole fluidez y profundidad a la misma. Para que entendáis lo que hace os pondré un ejemplo: en un charla que el protagonista mantiene en un bar con el reverendo y otro personaje, a medida que los tres hombres van hablando, aparte de las viñetas propias de la acción donde vamos viendo la mesa del bar y a los interlocutores, intercaladas entre ellas hay unas pequeñas viñetas, muy simples (a veces solo se ven contornos y sombras) donde se muestran gestos de los personajes o expresiones, que dotan a la acción de una profundidad mucho mayor, permitiéndonos ver lo abatido que está un personaje mientras cuenta algo, o la rabia que le entra a otro mientras lo escucha. Es muy cinematográfico.

Personalmente, me han gustado estos dos primeros volúmenes. El guión es sólido. Los personajes tienen mucha profundidad (sobre todo tratándose de un cómic), ya que se ahonda mucho en sus personalidades pero sin resultar pesado en ningún momento.  Y sabe crear una buena trama, haciéndonos esperar con ganas el siguiente tomo para ver qué demonios (nunca mejor dicho) pasa con esas posesiones y qué papel jugará Kyle en todo eso.

Por todo esto, Outcast (Paria en español) es RECOMENDADO para aquellas personas que disfruten con The Walking Dead, por el modo que tiene Kirkman de desarrollar a sus personajes. También deberías leerlo si te gusta la temática de posesiones, sobre todo porque parece que tiene algo diferente, algo que hará que no sea solo la adaptación de una de esas muchas películas que existen de este género (y, si al final resulta que no, al menos es un producto que está bien escrito y dibujado, así que como mínimo te entretendrá durante unas horas).

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